El agua compone la mayoría de las células de nuestro cuerpo, el ser
humano al nacer tiene un 75% de agua y cerca del 60% en la edad adulta;
el cerebro es 75% agua, por lo que una deshidratación moderada puede
causar dolor de cabeza y mareo; la sangre es 92% agua, los huesos son
22% agua y los músculos son 75% agua. El porcentaje varía según la edad
de la persona y el estado de salud en que se encuentre.
La
importancia del agua radica en una serie de procesos que regulan y
colaboran para que el cuerpo humano se mantenga en óptimas condiciones,
entre ellas tenemos:
-El agua es la parte más grande de los
sistemas sanguíneo y linfático, transportando alimento y oxígeno a las
células, así como, eliminando toxinas.
-Elimina desechos de los riñones y balancea los electrolitos (minerales), lo cual mantiene el control de la presión sanguínea.
-Mantiene humectados los ojos, boca, las vías nasales, y la piel manteniéndola hidratada y tersa.
-Regula la temperatura corporal y actúa como un amortiguador para los órganos del cuerpo.
-Provee los minerales que el cuerpo necesita tales como manganeso, magnesio, cobalto y cobre.
-La
hidratación adecuada mejora la concentración y tiempo de reacción,
especialmente durante los ejercicios. Y contribuye a quemar calorías
durante las actividades diarias.
-Así mismo, es útil para
dispersar sustancias irritantes en nuestro organismo y medicamentos para
obtener una acción más rápida y efectiva.
Por lo que es de suma
importancia ingerir cantidades de agua adecuada, de 8-10 vasos (8
onzas) con agua diarios, siempre revisando que esta sea de fuentes
aptas para el consumo humano y a una temperatura ambiente.
Licda. Luz de Maria Fernandez
Nutritional Balance Clinic
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