La retención de líquido corporal o edema es un trastorno metabólico que consiste en la acumulación de agua u otras substancias en el organismo, es evidente en la exploración física cuando al presionar la zona no vuelve inmediatamente a su estado natural; esta puede ser localizada (parpado inferior, abdomen, rodillas, tobillos y pies.) o generalizada(anasarca) tiene varias magnitudes: 1, 2, 3, 4.
Las principales causas son la obstrucción linfático de extremidades (la mas común) y en el drenaje venoso (mala circulación) y por cambios hormonales, los cuales pueden suceder durante la menstruación; así mismo, en situaciones mas severas se puede deber a enfermedades como: Insuficiencia Cardíaca, Insuficiencia Renal, Disminución de proteína sérica y Cirrosis; tambien por ingestión de cierto tipo de medicamentos, principalmente los analgésicos no esteroideos (Aines), algunos antihipertensivos, hormonas esteroideas (glucocorticoides, estrógenos), etc. y está estrechamente relacionado a los malos hábitos alimentarios, los cuales debemos cambiar para conseguir acabar con este proceso.
El tratamiento clínico y nutricional va a depender del origen del edema, por lo que es importante antes que nada, realizarse exámenes para identificar el origen del mismo, como lo son: examen general de orina, cuantificación de albúmina (proteína), Creatinina, Urea, pruebas de función hepática (funcionamiento del Hígado) y descartar gastropatía perdedora de proteínas. Sin embargo, la mejor manera de prevenir y controlar la retención de líquidos es mejorando nuestros hábitos alimentarios, entre los que están:
- Disminuir el consumo de sal, evitando agregarle a las comidas ya preparadas y aplicar una cantidad moderada y justa durante la preparación o cocción de los alimentos.
- Consumir abundante agua, ya que opuesto a las creencias populares el consumo de líquidos contribuye a eliminar impurezas y sustancias causantes de dicha retención y a mantener equilibrados los niveles de minerales que nuestro cuerpo.
- Identificar por medio del etiquetado de los alimentos embasados la cantidad de sodio que estos contienen, ya que por lo general suelen ser altos.
- Disminuir la ingesta de alimentos procesados o preservados especialmente aquellos en salmuera, muy condimentados y bebidas con cola o rehidratantes.
- Incluir alimentos diuréticos en nuestra alimentación cotidiana, como las frutas (melón, piña, uvas, manzana, sandia, etc.) y verduras (espárragos, apio, berenjena, perejil, etc.) que contienen altas dosis de potasio necesarias para regular nuestro organismo, también la avena la cual contiene unas sustancia que estimula la función renal, facilitando y aumentando la eliminación de líquidos del organismo; así mismo, infusiones como el té verde, rojo, de menta, de jazmín, cola de caballo, entre otras, también son útiles.
Licda. Luz de María Fernández
NUTRICIONISTA
Nutritional Balance Clinic
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